Desde hace poco más de dos décadas los arquitectos Francisco Serrano Cacho y Susana García Fuertes figuran como socios del despacho Serrano Arquitectos y Asociados. Anoche, la dupla fue galardonada con el reconocimiento a la trayectoria en la sexta edición del Premio Firenze Entremuros.

El jurado integrado por Paolino Di Vece, Mario Schjetnan, Claudia López Duplan, Anina Schulte-Trux, Javier Sánchez y José Picciotto previamente analizaron, debatieron y concluyeron que el dúo creativo debía recibir el codiciado laurel este 2022.

“A mí me honra y me da mucho gusto que este reconocimiento sea por recomendación del jurado, es decir, tenemos fama los arquitectos, aunque no es tan cierta, de ser envidiosos unos de otros. Yo celebro mucho y no sólo es este premio, sino en muchas otras cosas, el aprecio que en general tiene la comunidad arquitectónica por nosotros.

“Lo agradecemos los dos pero, en lo personal, yo lo reconozco porque, independientemente, he tenido la fortuna de tener muchos reconocimientos, pero esto es algo que viene de nuestros pares y eso no es muy común”, comentó Serrano.

El amor a la profesión le corre por la sangre al arquitecto, pues encabeza la tercera generación que inició José Francisco Serrano Ortega, su abuelo, y después continuó con Francisco José Serrano y Álvarez de la Rosa, su padre. Él antecede a Juan Pablo y Javier Serrano (Q.E.P.D.), sus hijos, y ahora uno de sus nietos cursa también la misma carrera.

Susana, por su parte, no tiene antecedentes directos en la arquitectura, pero decidió inscribirse en la Universidad Iberoamericana para estudiarla.

“La verdad es que no hay una razón particular, en la familia, mi padre ingeniero civil, algunos tíos arquitectos, pero sin tener un contacto específico, simplemente fue el hecho de que me interesaba un poco la construcción. La arquitectura como elemento cultural me llevó a inscribirme en la Ibero”, señaló García Fuertes.

LABOR DE EQUIPO

Autores de obras como el Edificio Copa de Oro, los Departamentos Rebollar, las nuevas instalaciones de la Universidad Iberoamericana, la Hacienda Cantalagua, el acceso al Templo Mayor, la Prepa Ibero y los Apartamentos Meridiano, entre muchos otros, dejan en claro que, a pesar de venir de generaciones distintas, su entendimiento en la planeación y desarrollo de proyectos ha sido exitoso.

“Creo que en un trabajo como el de nosotros debe haber la oportunidad de expresar ideas y, obviamente, no estamos de acuerdo en muchas cosas al principio, pero tratamos de encontrar la mejor solución para los proyectos y siempre hay una combinación, un periodo de discusión al respecto y, obviamente, lo más importante es el respeto.

“Esa es la clave, aprendes a escuchar las ideas del otro, aunque no te parezcan, y las consideras, por qué no, y hay un periodo de reflexión conjunta e incluso, a veces, ya lo pensé bien y creo que tienes razón o ya lo pensé bien y no es cierto, no tienes razón, creo que eso es parte del día a día”, externó Susana.

Hace algunos meses el arquitecto Serrano atravesó por un proceso complicado en torno a su salud, pero esa fortaleza que siempre le ha caracterizado le permitió salir adelante. Fueron varios días en el nosocomio que ahora solamente quedan como recuerdo anecdótico.

“La última vez que estuve recluido en el hospital llegó un momento en que sí creí que me iba a morir y como que una de las cosas que me ayudó a seguir adelante era saber que teníamos, con Susana y con otros, trabajos que podíamos iniciar y eso me dio fuerza para decir, sin que sea mérito mío, híjole, ojalá y no me lleve la tía de las muchachas y que siga yo adelante.

“Afortunadamente así fue, ahí voy aliviándome de mis males, no de todos, pero puedo hacer prácticamente mi vida normal, puedo manejar, subir escaleras, caminar, discutir, puedo ser necio como antes, entonces yo creo que es una bendición grande y se acabó”, agregó Francisco.

Desde 1995 los artífices realizan, al menos, un par de viajes de estudio al año con otros colegas y esas oportunidades de estar en un contexto diferente al trabajo les ha permitido compartir ideas y generar un aprendizaje extraordinario que los mantiene vigentes en el oficio.

Grupo Reforma – Marco Antonio Mata