El pasado 10 de septiembre el corazón de la Universidad Iberoamericana se llenó de personalidades ilustres, empresarios, aliados, destacados egresados, e integrantes de cada órgano de gobernanza de nuestra querida Universidad con un solo fin: rendir homenaje y agradecer profundamente a Don Valentín Diez Morodo, uno de los aliados más importantes de nuestra querida IBERO.
La bienvenida de la Lic. Begoña Irazabal, Maestra de Ceremonias, marcó el tono al especial evento, que celebró que la vida profesional no solo se mide en años de servicio, sino en semillas que dejamos en el camino.
El Vicerrector Académico, Dr. Alejandro Anaya, inauguró la emotiva ceremonia destacando el lugar emblemático en el que se llevó a cabo, que además será hogar de la nueva Sala de Acuerdos Valentín Díez Morodo. “La biblioteca es nuestro núcleo académico, el corazón simbólico de la IBERO. Aquí emana, late y explota la profundidad humanista, la potencia intelectual de la Universidad”, subrayó. Asimismo, recordó que la tradición jesuita a la que se debe la IBERO reconoce las bibliotecas como “espacios abiertos en los que el conocimiento fluye, se propaga, explota y se pone al servicio de una crítica social profunda”.
De esta manera, de acuerdo con el Plan Maestro de este año, en el núcleo de la Biblioteca Francisco Xavier Clavijero, bajo el Mural de los Jesuitas, se ubicará esta nueva Sala que llevará el nombre de Don Valentín y que portará su retrato a manera de reconocimiento y muestra de gratitud.
A continuación, el Rector, Dr. Luis Arriaga Valenzuela, compartió unas palabras en las que subrayó la trayectoria de Don Valentín: un hombre visionario, capaz de anticipar, responder y ejecutar estrategias; alguien que ha hecho suyos los criterios de la espiritualidad ignaciana y que ha sido aliado permanente de la IBERO y de una educación de excelencia humana e integral. “Su legado vive en las relaciones que ha creado, en el amor que pone en sus proyectos y en la entrega a sus dos países [México y España]”, señaló. Concluyó con fuerza, al reconocer que, conforme a la máxima de San Ignacio de Loyola, el destacado empresario “hace valer sus ideas más en las obras que en las palabras”.
Don Valentín inició su caminar en el Instituto Patria, y a lo largo de su vida ha mantenido un vínculo profundo con su Alma Mater. Además de su cercanía con la IBERO, ha ocupado cargos de gran relevancia: Presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE) y del Instituto Mexicano para la Competitividad; miembro de diversas instituciones, como Grupo Financiero Banamex y Kimberly-Clark; y propietario de su querido Club Deportivo Toluca. Paralelamente, encabeza la Fundación Díez Morodo, dedicada a transformar la sociedad y mejorar las condiciones de vida de las personas.
Durante su vida en la IBERO ha desempeñado múltiples roles: estudiante, al formar parte de la primera generación de Licenciatura en Administración de Empresas; egresado, al ser el primer titulado con honores de esa carrera; profesor, donde conoció a estudiantes brillantes; integrante del Senado Universitario y Consejero del Patronato de la IBERO-FICSAC; benefactor, al ser pieza clave en proyectos como Prepa IBERO y las Becas Patronato al Talento; y, hoy, Presidente de la Asamblea General de Asociados de la Universidad Iberoamericana A. C. (UIAC). Por encima de todos esos títulos, ha sido siempre un aliado y un amigo.
En sus palabras de agradecimiento, Don Valentín compartió: “Han sido muchos años de compromiso con nuestra querida IBERO. He recorrido un camino muy amplio, iniciando como estudiante de la generación 58-62, siendo profesor, participando activamente hasta llegar a ser Presidente de UIAC”. Recordó con emoción que “en los pasillos de la Universidad, bajo los criterios éticos de la Compañía de Jesús, aquellos jóvenes [que éramos nosotros] se atrevieron a soñar”. Aprovechó también para reconocer y agradecer a los profesores y colaboradores, “pieza fundamental de nuestra institución académica, el corazón de este gran proyecto”. Concluyó reiterando su gratitud por la distinción recibida y su compromiso de seguir apoyando a la Universidad, “para que las nuevas generaciones de alumnos tengan la oportunidad de soñar como lo hicimos nosotros y, con el apoyo de la Universidad Iberoamericana, alcancen las metas que se han fijado”.
Si, como se mencionó en el evento, la grandeza se mide por la forma en la que se toca la vida de los demás, nos queda claro que pocas personas hay más grandes que Don Valentín Díez Morodo. De parte del Patronato de la IBERO, no solo celebramos la inauguración de la nueva Sala de Acuerdos, sino que agradecemos profundamente que Don Valentín nos permita ser parte de su historia, y celebramos a cada estudiante que, gracias a él tiene la oportunidad de perseguir sus sueños entre ladrillos.
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