Cumplir sueños, tarea comunitaria 

Blog por una Cultura de Donación

Por: Danielle Roux Rodríguez

Celebremos a quienes escriben el primer capítulo de su historia gracias a una comunidad que creyó en ellos.

Noches sin dormir. Exámenes. Maquetas. Decenas de páginas escritas, o imaginadas. Montañas de papel, ríos de tinta; plumas terminadas, libretas sin espacio, tazas vacías, pizarrones rayados, fotocopias impresas, notas memorizadas. Años dedicados a una sola meta que, cada fin de semestre, se cumple para algunos. Estamos hablando de la graduación universitaria.

Este es el objetivo, el sueño que, a veces más lejano que otras, es quizá lo único que tienen en común las decenas de jóvenes que, semestre tras semestre, inician su licenciatura. Lo que ellos no saben —impulsados por la ilusión, la inercia o el esfuerzo— es que el camino hacia la meta siempre es más complejo y menos lineal de lo que parece inicialmente. Muchas cosas pasan en los años que uno transcurre en la universidad: se conoce gente, se aprenden cosas, las circunstancias cambian… y resulta que no todo se puede lograr solo con esfuerzo y tenacidad individual.

“Nadie puede pelear la vida aisladamente. Se necesita una comunidad que nos sostenga y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia adelante”, escribió el Papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti.

Tal como dice el Papa, quizá una de las lecciones más importantes que se aprenden en la educación superior es que, verdaderamente, es necesaria una comunidad que nos sostenga: una red afectiva, epistémica y de cuidado para llegar a las metas y sueños ambiciosos, como lo es completar una carrera universitaria. Y es que muchas veces el efecto que tienen las circunstancias en el rendimiento individual —hasta qué punto lo que pasa alrededor afecta el desempeño académico de un estudiante— es minimizado, casi ignorado. Pero, ¿cuántos alumnos no se ven en peligro de desertar, no por falta de ganas, talento o esfuerzo, sino por situaciones externas a sus estudios? Ya sea falta de sustento, de un tutor, de empleo, cambios de administración o de salud, entre una larga lista de etcéteras que afectan el desempeño de un estudiante.

Ahí es donde debemos entrar nosotros, como comunidad solidaria, como red de apoyo. En el Patronato de la IBERO nos esforzamos por crear una cadena de ayuda que nos involucra a todos y todas, basados en la convicción de que, en colectividad, los sueños individuales están más cerca.

Por eso, conocer y reconocer a quienes en 2025 celebraron su graduación es el mejor testimonio de que el esfuerzo colectivo vale la pena.

Gracias a cada uno de nuestros benefactores y donantes que apoyan a las Becas Extraordinarias, Emilio terminó la carrera de Ingeniería Biomédica, desarrollando un sistema de Inteligencia Artificial para la detección de osteosarcoma en imágenes de tomografía de fémur.

Victoria, egresada de Relaciones Internacionales, sueña con iniciar una ONG en Querétaro, enfocada en comunidades indígenas y migrantes.

María Fernanda, graduada en Administración de Negocios Internacionales, reflexiona que, sin importar dónde trabaje, su verdadera vocación será siempre sembrar esa semillita de humanismo IBERO y de una visión incluyente para todas y todos.

Como ellos, cada semestre terminan un capítulo —apenas la introducción de su historia— miles de jóvenes que sabemos cambiarán el mundo con excelencia y visión humanista. Felicidades a ellos, y a toda la red que los impulsó cuando más lo necesitaron. Hoy celebramos su primer logro; mañana, celebraremos el mundo que están construyendo.

¡Comparte este contenido!

Intercambios y Estancias

Donar equipos de cómputo

Intercambios y Estancias

Donar equipos de cómputo

¿Te interesa saber más sobre el Patronato de la IBERO?

Conoce convocatorias, noticias, avances de campañas.
¡Inscríbete a nuestro Newsletter!